Tienda de cervezas – More than beer

La flexibilidad fue el primer requisito que el cliente solicitó al comenzar el proyecto. Su concepto de negocio no se limitaba a la venta de cervezas singulares sino que aportaba un valor didáctico al realizar catas y formación temática en paralelo a la venta. De ahí que el reducido espacio del local, unos 20 metros cuadrados, se tratasen de optimizar al máximo.

En paralelo a las necesidades funcionales, el concepto del proyecto surge del propio valor plástico de las cervezas artesanas que comercializaba. Las cuales lucían cuidados diseños de botella y de etiqueta. Poner en valor el objeto que comercia, las singulares botellas de cerveza, enmarcándolas mediante gruesas estanterías negras que abrazan el espacio de venta y hacer de la colorida colección de botellas su imagen de tienda es la principal idea del proyecto. Jugando con los atractivos conceptos de repetición, monotemática y coleccionismo.

Para ello se diseña un marco de estanterías que absorben y abstraen los accidentes, como mochetas y pilares, que surgen en las paredes del local. Con un marcado carácter horizontal, se quieren evitar soportes verticales que impidan una visión continua de la colección de cervezas a la venta. Las gruesas baldas negras enmarcan como si de un museo se tratara los cristalinos recipientes, poniendo en valor su brillante color ámbar. De esta manera se extiende el ventanal que se abre a la Avenida del Cid, convirtiendo todo el local en un gran escaparate.

La planta del local se organiza generando un tráfico envolvente alrededor de la mesa central, de manera que los clientes pueden observar todos los productos desde su recorrido de entrada hasta su salida. La importancia de este mostrador se basa en que desde la venta, pasando por la formación y hasta las catas se realizan en torno al mismo. Se despeja la zona más próxima a la entrada para permitir un uso flexible del mismo.

En esta voluntad de ampliar al máximo el comercio, se propone diseñar 4 piezas de mobiliario, inspiradas en la gráfica del nombre del establecimiento “B” “E” “E” “R”, que se empleen para extender el escaparate al exterior, generando una llamada de atención en el viandante.

Las mismas letras móviles se emplean también como mesas de apoyo al mostrador-barra cuando se realizan las catas privadas, así como para ser el soporte habitual de los productos en promoción cuando la tienda de cervezas cierra sus puertas. Estos tótems generan una fachada de volumetría cambiante al desplazar el propietario las letras según sus necesidades. Haciendo visible la vida del comercio.